Silencio

domingo, 12 de febrero de 2012

Ella siempre había dicho que le gustaba el silencio. Disfrutaba de poder escuchar sus propios pensamientos, y ver como ellos se hundían en la masa oscura de los recuerdos. Pero la verdad era que no le gustaba aquella soledad que acompañaba el silencio absoluto. Donde no importaba lo soleado que estuviera el día: la soledad, el olvido, se lo tragaba todo. Como si no pudiera terminar de engullir y engullir risas y momentos, Como si en cualquier instante la luz del día se fuera a apagar y ella quedaría perdida en medio del vacío que la rodeaba.

En silencio estaba aprendiendo a apreciar el ruido.

En medio de todo lo que nada significaba para ella estaba reconociendo lo gratificante de una voz.

En el centro de sus propios pensamientos percibía que sentir muchas veces era superior a pensar, porque era puro, tan puro como el ruido del agua.

Y ahora sólo quería sentir. Ya había perdido demasiado tiempo pensando.

Te quiero

L.E


0 comentarios: