Today

miércoles, 22 de septiembre de 2010

He amado con razón. Sin razón. He amado con locura y con falta o sobra de ella.
He llorado por amor y reído por el mismo.
Me he enceguecido mirando ojos ajenos, soñando con risas ajenas, sintiendo en un eco imaginario un te quiero que nunca existió.
Alguien ya ha llorado por mí, y yo he provocado ese llanto.
He pronunciado nombres durante el baño matutino- distintos nombres con mayor o menor intensidad-. He deseado tener a algunos, y quizás (al menos alguien) ha deseado tenerme a mí.
Más de una vez he dicho “te extraño”. Y otros me han respondido “yo también a ti”.

Pero esta vez ya no quiero buscar “te quiero” insulsos, miradas brillantes ni caricias falsas.

Ahora me rehuso a buscar.

Desde hoy esperaré que alguien me encuentre. Que un cazador de tesoros busque bajo las telas, bajo la piel, bajo los órganos tibios, bajo las gotas de sangre, bajo el sudor salado y los suspiros del pulmón.

Desde hoy no miraré hacia el lado y me libraré de ataduras. Y veré si algún curioso bucea bajo las telas, bajo la piel, bajo los órganos tibios, bajo las gotas de sangre, bajo el sudor salado y los suspiros del pulmón.

Desde hoy cerraré los ojos al amor y sólo abriré mis brazos a los besos que dicen adiós, mientras algún aventurero con espada y escudo de platas se adentran bajo las telas, bajo la piel, bajo los órganos tibios, bajo las gotas de sangre, bajo el sudor salado y los suspiros del pulmón.

“Amo el amor de los marineros que besan y se van…”

Y yo amaré el amor que mi corazón da a sí mismo.

Sólo me mantendré brillante, aguardando como un tesoro.
L.E

0 comentarios: