Te quiero agradecer por todo ese amor incondicional que me diste, porque si no fuera por ese amor que vivió en ti durante todo el tiempo que estuvimos juntos sé que hoy no podría tener ni una migaja de esperanzas. El saber que alguien como tú- todo un príncipe azul- me amó como me amaste- con locura, con emoción, con la suficiente sensibilidad para comprenderme y aceptarme- es lo que me ayuda a ver el cielo gris del día de hoy y saber que en algún lejano lugar alguien me puede amar.
Tú has sido el gran hombre de mi vida. Y me quedo con esa afirmación, porque sólo tú no dejaste mi corazón pequeño a la deriva. Tú fuiste el único que supo cuidarlo, acariciarlo, hacerme sentir querida y feliz durante tanto tiempo.
Gracias por eso.
Y también debo pedirte perdón por hacerte sufrir, porque sé cómo te debiste haber sentido. Por favor perdóname por haberte dañado, por hacerte derramar lágrimas, por comportarme como una hija de puta con la única persona que ha pasado por mi vida y que no se lo merecía. Te ruego que me perdones por todo lo malo de mí que dejé en ti, porque nadie se merece sentirse así. Nadie tiene el derecho de romperle el corazón a otra persona.
Así que pido silenciosamente tu perdón a través de esta entrada que probablemente nunca verás.
Y espero que los dos podamos ser tan felices con otras personas como alguna vez lo fuimos el uno con el otro.
Porque la princesa encontrará al príncipe que la merezca, y tú - mi caballero- podrás hacer correr a tu caballo hacia el castillo donde tu dama te esperará.
Con un cariño enorme,
L.E
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