Víbora

lunes, 26 de abril de 2010

"y que no nos vendamos
simulacros para que entre los dos
no haya telón
ni abismos"
Mario Benedetti.




En cuanto a ellos, el simulacro soy yo. Desde un inicio la simulación ha sido mi fuerte. Y mientras aquel telón que ya nos separa nos siga cubriendo las caras, la emulación se transformará en la mejor arma.

Es más fácil hacerse la buena de lo que uno cree. Un gato que rodea las paredes y que tiene las garras listas para atacar. Un arma que afilada, parece más una joya que un objeto punzante capaz de hacer daño.

Simular que te quise mientras las gotas de sangre invisibles bañaban la alfombra. Sonreír con descaro ante tus palabras, que para mí no tenían sentido alguno. Mirar una y otra vez tus ojos bajo las sombras de la noche, y ver en ellos el vacío en el cual yo no caería... nunca.

Porque el veneno que fluye por mis venas es lo único que necesito para transformarme en una asesina: de amores, de corazones, de esperanzas que no deberían existir. Pruébame otra vez y verás como tu piel se pondra violácea y tus ojos rojizos. Serás víctima del desengaño, del desamor y del tormento en el que vive un corazón enamorado.


Soy el ángel caído que baja desde el cielo para atormentar sus dulces sueños;

La víbora que se arrastra por tus pies y que con una mordida llega al centro de tu cuerpo;

Aquella en la que confiaste y que rasguñó tu alma hasta herirla en lo más profundo.

La súcubo que jamás tocará el infierno, porque en la tierra los tormentos son mejores.

L.E

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