Curiosa

domingo, 25 de abril de 2010

Me encantan los secretos. Soy curiosa y me fascina descubrir qué se esconde tras los susurros y los mensajes incógnitos. Las miradas también ocultan cosas que se quieren decir, y que se callan. Pero hay ciertos secretos que no quiero descubrir. Secretos como los que me has revelado en algunas ocasiones.
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- ¿En qué piensas?-.
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El sol de la tarde sigue iluminando el cielo. Las nubes han desaparecido, igual que tu sonrisa.
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- En nada-.
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Busco tus ojos. Sí, sé que mientes.
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- Vamos, dime, ¿en qué piensas?-.
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Y no es que me guste insistir, pero mi instinto me hace conocedora de tu mentira. Una suave inocencia que se oculta tras tu mirada me reconoce tu culpabilidad aún antes de que emitas sonido alguno.
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- En nada-.
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Me callo.
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Poso mi cabeza sobre mis brazos y dejo que el sol entibie mi cuerpo. Me gustan las tardes veraniegas del sur.
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- Sabes...-.
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Sé que ahora dirás lo que pensabas mientras mi cabeza se levanta para observarte. A veces eres predecible.
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- ... me acordé de ella-.
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Exacto, mon amour, esos son los secretos que prefiero no saber y no haber escuchado nunca. Porque no quiero saber cuántas veces la recuerdas a ella cuando me ves a mí.
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Hay ciertos secretos que es mejor dejar a escondidas, como los pensamientos antes de dormir. En momentos es mejor olvidar que hay algo sin decir en nuestras miradas.
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La curiosidad mató a la amante...
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... ¿no era así el dicho?.
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L.E

1 comentarios:

C. dijo...

=S
no sé si es real... pero si lo es, sabes que vales TANTO más que "ella" que da lo mismo que él la piense... pensar en ella es equivalente a pensar en una mosca, en una iguana o en un cuchillo cn doble filo: con uno te sonríe y con el otro, hiere.