Adrenalina

viernes, 11 de septiembre de 2009

Es como fuego corriendo por sus venas. La sangre bombea fuertemente en su corazón mientras sus sentidos iban poniéndose alertas a las nuevas sensaciones.
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Abrió los ojos.

Los colores anaranjados del sol de la tarde teñían las paredes blancas de la habitación. El olor a hierba se propagaba por su cabello, se impregnaba en sus sábanas, daba vueltas por el aire que respiraba y nuevamente volvía a nublar su razón para dar total olvido a sus deberes.

¡Vive!

Sus manos se empuñaron y sangre brotó de sus palmas rotas por sus uñas. Pero no le dolía. La droga transformaba la miseria en alegría, el dolor en placer, el sexo en descontrol, el alma en ente... veía como frente a sus ojos todo parecía más claro que ayer, sin importar que otro cuerpo cálido estuviera descansando a su lado.

¿Otro cuerpo?

La lengua foránea recorrió su boca con suavidad. Las mismas manos de anoche ahora tomaron su mentón para ajustar la cabeza a su gusto; y ella podía reconocer la ternura escondida en ese gesto. Una ternura que se agudizaba a la vez que el beso se hacía más lento, como una balada salpicada por notas, iluminada por estrellas y dueña de un secreto dulce que lo hacía parecer más íntimo de lo que debía ser.

Despierta, niña, despierta...
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- Bésame- ordenó apresándola con su brazo.
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La música de la calle volvió a sonar en su cabeza y su boca fue sellada una vez más por aquellos labios.
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En su mente un mar de plata bañaba una luna ilusoria. Las gotas grisáceas se dejaban caer al vacío como lágrimas de mercurio y se hacían humo antes de llegar al suelo que se materializaba en el espacio.
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Siempre que se sentía sumisa frente a otra persona pensaba en lunas y rocío de plata. El frío que se fundía con su sangre hirviente le hacía sentirse en plenitud y, a pesar que no sabía si esa aventura de una noche significaba un renacimiento o una muerte de sí misma...
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"Pequeñas muertes agudas que explotaban en la habitación"
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...estaba segura que ahora nada volvería a ser igual.
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Aquella noche ella había cambiado.

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